
09 Mar MI HIJO CURÓ MIS HERIDAS
ME HIZO DE ESPEJO Y SANÓ MI NIÑA INTERIOR
Cuando eres p/madre, tienes DOS caminos para elegir que he podido comprobar en mi propia experiencia personal y terapéutica.
El PRIMERO intentar cambiar a tu hijo para conseguir que sea feliz, según lo que tú piensas que es la felicidad. También vivir tu vida a través de tu hijo, pensando que tu hijo te da la felicidad y haciéndole cargar con este peso en su vida.
En este primer camino estás ciego y todas aquellas emociones que no hayas sanado con tus padres ahora las diriges tu hijo. Alojas rabia, enfado u otras emociones y piensas que es tu hijo quién te genera estas emociones. Lo que no sabes es que siempre han estado ahí y tú hijo simplemente te las refleja.
En este primer camino sufres por tu hijo. En este camino mucha energía se enfoca en el pasado familiar que resulta un peso en el crecimiento de la relación con tu hijo.
En el SEGUNDO CAMINO te das cuenta de que tu hijo trae a la superficie todas esas heridas que todavía no has sanado con tus padres y tus antepasados. Te das cuenta de que tú hijo solo te hace de espejo de aquello que todavía tienes pendiente.
En este segundo camino asumes que esas emociones pendientes son tuyas y dejas en paz a tu hijo. Haces tu propio trabajo personal para dejar menos cargas a tu hijo. Y la relación con tu hijo se convierte en una relación de aprendizaje, en una relación maestra.
Y tú niño interior conecta con tu hijo. Y te encontrarás jugando con tu hijo. Soltarás el control y la rigidez, y te verás espontáneo y natural jugando por el suelo. Y volverás a reír y divertirte como hacía muchos años que no hacías.
En este segundo camino la energía se enfoca hacia el crecimiento y hacia el futuro.
Y no habrá sufrimiento porque entiendes que los hijos tienen su propio camino y sus propios retos. Tú solo puedes hacer tú parte. Y tú hijo tendrá que hacer su parte cuando sea su momento. Y ENTRE VOSOTROS HABRÁ UN VÍNCULO SANO.
Y sentirás gratitud con la vida por darte la oportunidad de ser p/madre.
Y gratitud a tu hijo por acompañaros en este vida, en este pacto de almas que habéis hecho.
Te invito y te reto a sanar la relación con tus padres, a sanar a tu niño.
Te invito y te reto a curar tus heridas.
Con amor,
Beatriz
Foto: Beatriz Depares
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